Qué enseño como siempre y qué enseño como nunca
Siendo la cocina uno de mis hobbies y estando tan de moda últimamente, intentare hacer un símil para explicar el menú de mi aula.
En nuestras casa no todos los días podemos comer caviar y excelsas viandas, por eso el menú de cada día es tan importante.
Podemos comer todos los días legumbres calentitas y clásicas, y estar muy sanos y felices, es decir, con un buen plato tradicional, todos nos alimentamos, todos los de mi generación así crecimos.
Estando bien hecho, cuidado en sus ingredientes, en sus tiempos, en sus técnicas, con el calor adecuado, poco a poco y con mucho amor.
Así, intento trabajar todos los días en el aula; pero también hay días de "sobras", en mi casa, los lunes, cuando mi madre no trabajaba, y ella se tomaba un respiro. Ese día no comíamos peor, pero si con lo que había, y mi madre gran profesional de la maternidad, tiraba de clásicos, una latita de fabes, una tortilla de patata, unos huevos fritos, o lo que sobró del domingo.
Esos días, yo tiro de mi arsenal en el aula, una clase magistral, unas fichas, unos buenos problemas de mates.
El curso es muy largo, y planificando la despensa podemos hacer una gran labor, también hay días de estos. Y aquellos que hemos pasado muchas horas en las aulas lo sabemos.
Pero pasados, esos días, intento tener la despensa con los productos de temporada, las novedades de la web, la información internacional y local. Intento elaborar buenos platos, con buenos productos, pensando en los comensales. Los preparo en mi cocina de casita, poco a poco, a veces muchos sábados y domingo, entre plancha y tendal. Los lunes llegan al aula, para ser emplatados, mis alumnos con sus manitas colocan todo, en sus platos, algunos nos han salido "arguiñanos", otros" ferran adría", otros deciden hacer fast food. Pero todos acabada la mañana, han catado, saboreado, y mostrado aquello que yo les propuse.
Hay días , en los que yo sólo pienso el marco de inicio, ellos proponen el menú, el aula es una locura, pero no cabe duda que esos días salen los mejores platos. y más cuando hacemos una degustación y vienen otros a probarlo. Ese día es fiesta, todos contentos, satisfechos con la sonrisa en nuestra cara, echando miradas a los compañeros, y todos en algún momento hacia mí, es en ese instante cuando adoro el proceso y el resultado. Cuando pienso verdaderamente, que la cocina es lo mio.
En nuestras casa no todos los días podemos comer caviar y excelsas viandas, por eso el menú de cada día es tan importante.
Podemos comer todos los días legumbres calentitas y clásicas, y estar muy sanos y felices, es decir, con un buen plato tradicional, todos nos alimentamos, todos los de mi generación así crecimos.
Estando bien hecho, cuidado en sus ingredientes, en sus tiempos, en sus técnicas, con el calor adecuado, poco a poco y con mucho amor.
Así, intento trabajar todos los días en el aula; pero también hay días de "sobras", en mi casa, los lunes, cuando mi madre no trabajaba, y ella se tomaba un respiro. Ese día no comíamos peor, pero si con lo que había, y mi madre gran profesional de la maternidad, tiraba de clásicos, una latita de fabes, una tortilla de patata, unos huevos fritos, o lo que sobró del domingo.
Esos días, yo tiro de mi arsenal en el aula, una clase magistral, unas fichas, unos buenos problemas de mates.
El curso es muy largo, y planificando la despensa podemos hacer una gran labor, también hay días de estos. Y aquellos que hemos pasado muchas horas en las aulas lo sabemos.
Pero pasados, esos días, intento tener la despensa con los productos de temporada, las novedades de la web, la información internacional y local. Intento elaborar buenos platos, con buenos productos, pensando en los comensales. Los preparo en mi cocina de casita, poco a poco, a veces muchos sábados y domingo, entre plancha y tendal. Los lunes llegan al aula, para ser emplatados, mis alumnos con sus manitas colocan todo, en sus platos, algunos nos han salido "arguiñanos", otros" ferran adría", otros deciden hacer fast food. Pero todos acabada la mañana, han catado, saboreado, y mostrado aquello que yo les propuse.
Hay días , en los que yo sólo pienso el marco de inicio, ellos proponen el menú, el aula es una locura, pero no cabe duda que esos días salen los mejores platos. y más cuando hacemos una degustación y vienen otros a probarlo. Ese día es fiesta, todos contentos, satisfechos con la sonrisa en nuestra cara, echando miradas a los compañeros, y todos en algún momento hacia mí, es en ese instante cuando adoro el proceso y el resultado. Cuando pienso verdaderamente, que la cocina es lo mio.
Comentarios